domingo, 28 de febrero de 2010

Mi forma libre de ver la Relavolución Mexicana

“El pensamiento necesita de la palabra para manifestarse. Una emoción callada es una emoción suicida” José Muñoz Cota.

Inspirada por este aforismo quiero asentar aquí, en este espacio de expresión personal, mi reflexión sobre un tema en cuya ideología manifiesto el desarrollo de la vida democrática y social para el pueblo mexicano, me refiero a “Mi forma libre de ver la Relavolución Mexicana”.


Abordando rapidamente el tema, hago énfasis en las causas directas de la revolución, las cuales, surgen en el Porfiriato. La sociedad mexicana estaba dividida en varias clases; la aristocracia feudal o "alta sociedad", la burguesía nacional, la pequeña burguesía o clase media, el proletariado y al final, los campesinos. Aunque la miseria corroía los cimientos de la sociedad mexicana, finalmente no afloraba de manera abierta debido a la ancestral sumisión y al control que las poderosas fuerzas locales mantenían sobre un pueblo hundido en la ignorancia. La falta de libertades políticas, que se traducía en la escasa posibilidad para las clases medias emergentes de ascender socialmente y tener acceso a los puestos de mando y la riqueza, fue abriendo paso a los reclamos y exigencias de éstas, hasta llegar al estallido de la violencia armada.


Como resultado, Madero proclamó el Plan de San Luís. La revuelta debía estallar el 20 de noviembre y, ante este llamado, en muchas partes del país se levantaron grupos armados contra el gobierno Porfirísta. Este periodo revolucionario culminó con el asesinato de su principal iniciador, Francisco I. Madero, a quien se ha dado en llamar, con justicia, el "Mártir de la democracia".


Retomando la tesis básica de este discurso y a manera de conclusión, asimilemos que tenemos ante nosotros un camino complejo, pero claramente trazado. México requiere tomar decisiones importantes para el bien del país y su población. Decisiones con responsabilidad y visión de futuro; no con apego por el pasado.

Amigos todos, dice un proverbio romano que de la ignorancia nos equivocamos y de la equivocación aprendemos. Y yo digo, que si queremos retomar el camino de la revolución mexicana debemos ser ciudadanos críticos y participar en la vida pública.

¡Porque la participación pública no sólo es un sueño, es nuestro destino!

¡Porque la participación pública es fortaleza que genera la esperanza de los humildes y débiles!

¡Porque la participación pública debe conquistarse con la vida y la vida debe afirmarse con la paz!

Y no quiero terminar sin antes ubicarnos en la exacta dimensión del maestro Muñoz Cota cuando dijo: que la política no es un juego, es una consagración, un sacrificio.

Hagámoslo realidad, hagámoslo certeza. Hoy que tanto se necesita seamos críticos, seamos flamantes lideres revolucionarios.


Angye Beltrán